El día prometía, había alquilado una
bicicleta para hacer los aproximadamente 15 km que hay entre Kratie, norte de
Camboya y una de las pocas zonas donde, con mucha surte, se pueden ver estos
escasos mamíferos, los delfines del Mekong (Orcaella brevirostris).
El río Mekong
es uno de los hábitats de este cetáceo que habita en las costas y estuarios del Sudeste Asiático.
Sabía que solo habían dos zonas en todo el
Mekong, donde podría tener alguna probabilidad de verlos, en el sur de Laos y
en el norte de Camboya, donde el río pierde profundidad y gana amplitud,
llegando a sobrepasar los 5 km. de ancho, formando en su interior pequeños
islotes.
La poblacion en todo el río Mekong se estima en solamente 70
ejemplares, así que las probabilidades de conseguir ver alguno eran más bien
pocas, pero aun así no perdí la ilusión.
El trayecto en bicicleta se hace bastante
bien, ya que discurre por la orilla del río y dispone de varias sombras, además
vas viendo pequeñas aldeas que viven tanto de la pesca como de la agricultura
que les proporciona las ricas tierras. También es un buen momento para estar
atento y ver la fauna que habita en las inmediaciones del curso fluvial, que no
tiene ningún desperdicio.
Existe un pequeño muelle donde puedes
alquilar una barca de pescadores para intentar avistar algún ejemplar.
Una vez dentro de la embarcación, empieza la
verdadera aventura, ya solo con navegar por el Mekong hace que sea especial, el
fuerte caudal de agua turbia color canela
hace que no puedas ver nada.
El paisaje es impresionante, hay incontables
islotes de pocos centenares de metros cuadrados y con escasa vegetación, que de
bien seguro, desaparecerá cuando la época de lluvias llene de nuevo el curso del río,
llevándolo a su máximo esplendor. Apenas se divisa la otra orilla y la
alta temperatura crea una espesa neblina que lo convierte en un entorno de lo
más inquietante.
Poder ver los delfines pasa por estar atento
a tu alrededor, ya que solo sacan el lomo unos pocos segundos para respirar.
Habían pasado pocos minutos, cuando de
repente y con una mueca de incredulidad en la cara, apareció, a unos 50 metros
de distancia de la popa de la pequeña embarcación, un ejemplar adulto!!! Pero
por si fuera poco iba acompañado de una cría!!! No me lo podía creer, había
visto, seguramente, una de las especies con mayor riesgo de extinguirse de todo
el mundo.
Aun excitado y con la cámara entre las manos,
el objetivo ahora era hacerme con alguna foto y la verdad que lo pasaría a
continuación no estaba en ninguno de mis planes.
Un recital de delfines empezó a salir cada 4-6
minutos, solitarios o en grupos de 2 o 3 individuos, al menos pude verlos en 30
ocasiones y corresponderían a unos 10 ejemplares diferentes.
¿Había escogido la mejor época? ¿el mejor día?
o incluso también, ¿la mejor hora?, no lo sé, pero sin duda, me voy con la ilusión de haber logrado uno de
mis objetivos de este viaje, poder ver a los escasos delfines del río
Mekong.
No te pierdas el próximo post:
"Millones de murciélagos en las cuevas de Battambang, Cambodia"
Enhorabuena por ese avistamiento.
ResponderEliminarGracias Gonzalo, la verdad que me hacía mucha ilusión ;) saludos
EliminarQué maravilla los delfines que viste, felicidades por tu trabajo y como lo documentaste aquí, un saludo.
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